PAGATZA
Apenas inaugurado el 2013, en vispera de Reyes Magos por la mañana y con bastante niebla en el entorno, fuimos hacia Pagatza. Habíamos quedado en Cestona, y por supuesto, las fechas exigían no madrugar demasiado. Dejamos el coche a apenas diez minutos de la sima, proximo a un baserri, punto en el que nos disfrazamos. Nos recibió «cordialmente» una jauría de txakurras, de todo tinte y pelaje. Pequeños y grandes,monarcas y plebeyos («sin pedigrí»).
De no haber sido por los collares en forjado que adornaban sus cuellos, hubiéramos sido devorados sin piedad en un abrir y cerrar de ojos.
Corriendo como atletas, salimos pitando de allí, y en un pinar cercano dimos con la boca de la sima.
Una vez descendido el pozo de acceso a la gran sala,nos llamó la atención la cantidad de objetos metálicos que yacían en su base, principalmente la profusión de güadañas que habían sido arrojadas allí por alguien. ¡Quizás algun Segalari de las proximidades, al abandonar su carrera profesional, decidió en un arrebato, desacerse de aquellas tan preciadas herramientas!
La sala es hermosa. De planta circular, contiene en su interior preciosas formaciones excentricas. Y sobre todo, nos encantó su silencio!
Por la sudada,me dió la impresión de que al menos en lo que a mí respecta, solté en parte, el lastre acumulado durante las fiestas navideñas. Javi, parecía que iba más fresco, la verdad es que ¡ A estas edades los excesos se pagan!