DE VUELTA A IBARRENGO

Ha pasado ya algo más de un año desde la última vez que estuvimos de exploración en esta cavidad. En la anterior ocasión, nos quedamos a medio bajar un pozo, por falta de material. Aunque en abril fuimos a descargar los sensores climáticos, otros proyectos nos habían impedido regresar para continuar la exploración.

El pasado sábado 22 de junio nos juntamos un equipo “ligero”, con la intención de terminar alguno de los trabajos pendientes. Uno, era bajar este pozo, que se encuentra rio arriba.

Instalando el pozo
Bajando hacia «la playa»

Para las 09:30 h. estábamos cambiándonos en el aparcamiento y un cuarto de hora más tarde entrando en Ibarrengo. Bajamos tranquilos, pero con un equipo de tres personas el descenso se hace muy ágil y para las 11:15 horas estábamos en la zona de trabajo, a pesar de que para bajar al río nos despistamos un poco y nos costó encontrar el camino.

Para acceder a donde fuimos, se debe llegar al sifón terminal y desde aquí remontar los zigzag que realiza el río. Sobre éstos, se encuentra un caos de bloques colgados sobre una diaclasa.  El pozo que queríamos visitar se encuentra en una galería colgada en esta diaclasa. Tras una pequeña trepada accedimos a esta galería. Su forma es ascendente. El río se sigue oyendo con fuerza, pero al llegar a la parte alta, el sonido desaparece. Aquí, la galería se cierra con unos grandes bloques, entre los cuales aparece “el abismo”. Instalamos la cabecera y un fraccionamiento, antes de llegar a la base de este pozo de unos 20 metros.

Abajo, nos recibió una playa. “Aterrizamos” en arena, en el borde de un lago de unos 8 metros de longitud. Se trata de una diaclasa con dirección NE – SW, de paredes rectas y prácticamente paralelas, que en la zona del lago llega a los 2 metros de anchura, pero que en la zona seca se presenta como un estrecho pasillo, por el que, para seguirlo, debemos quitarnos los arneses, y en alguna zona hasta el casco, antes de que un bloque empotrado nos impida el paso. Nuestra vista, en cambio, sí puede pasar y seguimos esta galería otros 10 metros más, antes de que se bifurque. 

Volvimos a la cabecera, y desinstalamos. El sitio es extraño. Es una galería bien formada, pero los bloques que hay no parecen caídos del techo, y mucho menos arrastrados. Miramos para todos lados y, hacia arriba, aparece una ventana y lo que podría ser un gran vacío. Su acceso requerirá una escalada, por lo que será para otra ocasión.

En otra entrada lateral vimos un pequeño descenso, y a por él fuimos. Un salto de unos 3 metros nos colocó en otra galería con suelo de arena. En ella, dos pequeñas ventanas diferentes, dan acceso al pozo que habíamos bajado. Al fondo, las paredes se cierran debido al relleno vertical de sedimentos.

Lago en la base del pozo

De vuelta a la galería principal, y cuando ya empezamos a descender, nos llamó la atención otra subida a nuestra derecha. No parecía difícil y realizamos la trepada. Ante nosotros se volvió a abrir el techo, esta vez en forma de sala amplia. Enseguida reconocimos la dirección preferente, NE – SW, y nos asomamos a una ventana conocida: estábamos sobre la galería principal y esto era lo que veíamos desde abajo. ¡Nos hemos ahorrado una escalada! Revisando los rincones de este espacio, seguimos con las coincidencias. Por un lado, las piedras que tiramos por los agujeros acababan en el lago inferior. Por el otro lado, la imagen es la misma que el pasillo de la playa y no descartamos que sea la parte alta de esta diaclasa.

Toda esta zona habrá que mirarla con detenimiento y topografiarla, pero no iba a ser ese el día. Era hora de ir volviendo, comer algo y salir. Por el camino fuimos buscando puntos de topo en paredes y bloques, donde referenciar la futura topografía que hagamos.

Paramos en la sala Manteca a comer y después, del tirón, hasta fuera. Llegamos al vehículo a las 17:15 horas.

Una cosa que nos llamó mucho la atención a los tres, fue que, aun siendo Ibarrengo una sima no muy “guarra”, esta vez parece que la limpiamos nosotros, ya que no se distinguía ni el color de los buzos, del barro que  sacamos.

Conclusión: Ibarrengo sigue dando sorpresas y trabajo. ¡¡¡¡Tenemos sima para rato!!!!

Partaideak: Jon Ziganda, Xabi de Carlos, Félix López

Sobre el Autor

Asociación sin ánimo de lucro de Espeleología enfocada a la protección y defensa del médio subterráneo

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