Antonen Kobea
ANTONEN-KOBEA.—Ataun. Piso llano y seco, techo en arco a tres metros de altura, abundante luz y habitable. Termina en una sima llamada Leize mortala o leize gaiztoa. Delante hay una pequeña prolongación destinada a eskorta o estancia de ovejas. Esta cueva, en la segunda mitad del siglo XIX, fue utilizada para artedi del rebaño de Antón de Echeandia.
Leizeta- Ataun. En A entrada en sima de unos cinco metros de pendiente. Al par de B y a una altura de 20 metros hay un en el techo un pequeño lucero. El piso en algunas zonas en pendiente y en el resto llano, techo elevado (en algunas partes de 25 a 30 metros). En C rendija estrecha e intrasitable de unos 40 metros de la largo que comunica con el fondo de la sima llamada Leizemortala.
Así reza el antiguo Catálogo espeleológico de Guipúzcoa en su descripción. Con 35 metros de desnivel y 350 de desarrollo, fue topografiada en su día por el grupo. Antonen Kobea o Cueva de Antón, es una cueva con tres entradas, o dos cuevas unidas…
Muy cercana al pueblo de Ataun (a unos tres kilómetros), recibe el nombre del que antaño la utilizaba para guardar sus ovejas, el señor Antón de Echeandia, quien en su entrada principal realizó un murete de contención con piedras para que no se le cayera el rebaño por toda la cueva. Y es que los accesos de Antonen Kobea tienen todos verticalidad, y la mayor está en la llamada Leize mortala o Leize gaiztoa; la otra entrada, Leizeta , es algo menos vertical, al igual que la Antonen-Kobea, pero para facilitar el descenso y accenso, Sabino nos realizó una pequeña instalación. Accediendo por Antonen Kobea (que bien pudiera llamarse, de no ser por Antón, Laranja Kobea o Cueva naranja, por los particulares tonos anaranjados de muchos de sus espeleotemas) se llega a una amplia sala de techo alto y con gran profusión de formaciones. Y, a través de una grieta que termina en una gatera (de ahí lo de dos cuevas unidas), se accede a otra sala, con la hermosa claraboya de leize Mortala sobre nuestras cabezas y a pocos metros la salida a través de Leizeta, pero antes de salir, visitaremos dos salas conectadas de gran belleza, la primera con una gran piña en medio (sala “Bob esponja”…) de color blanco y, contigua, la otra sala, la más bonita de la cueva, con formaciones increíbles, también de tonos naranja, blancos, beige… y rastros de botella de vidrio y pintada (lástima). Increíble rincón que ojalá permanezca imperturbable.
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